
Un equipo de investigadores encontró un esqueleto de perra adulta en la cueva de Baume Traucade, al sur de Francia, con una antigüedad de 16.000 años. La perra pesaba unos 26 kilos y medía 62 centímetros de altura, similar a un husky actual. Los análisis revelaron que los humanos del Paleolítico se preocupaban por cuidar a los perros heridos, ya que se encontraron vértebras rotas que habían sanado. Sin embargo, la perra también presentaba heridas punzantes en las escápulas que no llegaron a curar, lo que sugiere que murió a manos de humanos. El descubrimiento proporciona pruebas de la domesticación del perro en la Edad de Piedra y muestra que la relación entre perros y humanos era tensa en aquellos primeros años.