
Un estudio que combina datos de más de 1.200 investigaciones y casi 2.000 estaciones de muestreo, demuestra que los microplásticos están presentes en todo el océano, desde las playas hasta las profundidades más remotas como la fosa de las Marianas, con concentraciones de hasta 13.500 partículas por metro cúbico en regiones como el Ártico o en profundidades cercanas a los 7.000 metros, afectando el ciclo natural del carbono y la vida marina