Una investigación liderada por Sarah Schrader de la Universidad de Leiden, publicada en la revista Journal of Anthropological Archaeology, sugiere que las pirámides egipcias no solo albergaban a individuos de la elite, sino también a trabajadores de bajo estatus. El estudio se centró en el análisis de los cambios de la entesis en restos óseos del yacimiento de Tombos, una ciudad colonial egipcia en Nubia, durante el Nuevo Reino (c. 1400–650 BCE). Los investigadores encontraron niveles moderados de actividad física en algunos individuos enterrados en las construcciones más lujosas, lo que desafía la idea de que solo los altos funcionarios y nobles se enterraban en las pirámides.