
Investigadores del Instituto Federal de Tecnología de Zúrich (ETH Zurich) han desarrollado una técnica para medir la fricción entre partículas a nivel microscópico. Utilizando una partícula de sílice de 12 micras, lograron cuantificar la fricción de deslizamiento y rodadura entre partículas individuales. Descubrieron que cuando las partículas pueden rodar, la fricción es mínima y el fluido se comporta de forma estable, pero si se bloquea la rodadura y las partículas deben deslizarse, la fricción se dispara y el fluido se vuelve más viscoso. Esto explica por qué ciertos líquidos, como el kétchup o la pasta de dientes, fluyen con facilidad hasta que se vuelven espeso de repente. Los resultados tienen implicaciones importantes para industrias que van desde la alimentación hasta la electrónica.