
Científicos hallaron huellas humanas con 23.000 años de antigüedad en un desierto de Estados Unidos, desafiando las teorías tradicionales sobre la llegada del ser humano a América. El descubrimiento, realizado en el Parque Nacional White Sands, Nuevo México, sugiere que los humanos llegaron hace más de 10.000 años antes de lo pensado. Utilizando métodos de datación cruzados, como análisis de granos de cuarzo y polen fosilizado, se confirmó la antigüedad de las huellas. Estas revelan escenas de la vida cotidiana, como huellas de niños jugando y jóvenes caminando con bebés. La investigadora Sally Reynolds describió el sitio como una 'fotografía congelada en el tiempo'. El hallazgo implica rutas migratorias anteriores al deshielo del estrecho de Bering y abre una nueva línea de exploración arqueológica.