
Un agujero coronal de gran tamaño se ha formado en la atmósfera del Sol, liberando un flujo constante de partículas cargadas que ya está llegando a la Tierra. Este fenómeno ha provocado una tormenta geomagnética moderada, clasificada como G2, que los científicos seguirán monitorizando durante las próximas 48 horas. El agujero coronal está expulsando viento solar a velocidades superiores a 800 kilómetros por segundo. La NASA confirmó que el Sol ha alcanzado su punto máximo de actividad en su ciclo de 11 años. Los efectos menores incluyen cambios en la trayectoria de satélites en órbita baja, interferencias en comunicaciones de radio de alta frecuencia y fluctuaciones leves en redes eléctricas cercanas a los polos. Las auroras boreales y australes podrán verse en latitudes más bajas de lo habitual durante las próximas noches, llegando potencialmente hasta los 55 grados de latitud norte y sur.