
En la selva tropical, los rayos caen con furia cada año, pero recientes investigaciones han descubierto que algunos árboles se benefician de estas tormentas. El almendro tropical, por ejemplo, multiplica por catorce su producción de semillas tras un impacto de rayo, aprovechando la luz y los recursos liberados. Las lianas, enredaderas que recorren los árboles, desempeñan un papel crucial en esta historia, actuando como conductores eléctricos naturales y llevando la corriente hasta árboles más pequeños. Los estudios en Panamá muestran que las zonas con alta densidad de lianas registran más daños tras las tormentas. El uso de drones, sensores de campo y tecnologías de detección de descargas ha permitido descubrir estos efectos positivos de los rayos en la selva. El almendro tropical ocupa un lugar destacado entre las especies que se benefician de los rayos, y se sugiere que su gran altura podría haber evolucionado como una estrategia para atraer los rayos y sacar ventaja de sus efectos.