
La Agencia Espacial Europea (ESA) busca establecer reglas más estrictas para evitar el síndrome de Kessler, una cascada de colisiones en la órbita baja terrestre que podría inutilizar esta región para futuras generaciones. En 2024, la cantidad de desechos espaciales aumentó considerablemente tras varios incidentes, incluyendo la desintegración de un satélite ruso y un cohete chino. Se conocen aproximadamente 54.000 objetos de más de 10 centímetros orbitando la Tierra, y al menos 1,2 millones de objetos de entre 1 y 10 centímetros que podrían poner en riesgo misiones tripuladas y satélites. La ESA ha introducido un límite más estricto de cinco años en sus misiones para evitar la creación de basura espacial y busca establecer estándares más rigurosos a nivel global.