
Las ballenas barbadas transportan enormes cantidades de nitrógeno y fósforo desde las zonas polares a las zonas tropicales, lo que es crucial para la supervivencia de muchas plantas y animales marinos. Cada año, cada ballena mueve 3.784 toneladas de nitrógeno y 46.512 toneladas de materia orgánica en zonas con escasos nutrientes. La orina de las ballenas es una fuente importante de nitrógeno, superando a otras fuentes de nitrógeno. La caza de ballenas ha tenido un impacto significativo en la diversidad genética de las ballenas y en los ecosistemas marinos.