
El Atlántico Sudoccidental, compartido por Argentina, Brasil y Uruguay, enfrenta una combinación crítica de fenómenos que alteran los ecosistemas y complican su conservación. Un estudio reciente publicado en Marine Policy identificó una 'tropicalización' en la región, donde especies de aguas cálidas desplazan a las de aguas frías debido al calentamiento del mar. Un 40% de los stocks pesqueros están siendo explotados de manera insostenible, y la merluza, pilar de la pesca regional, está en declive. La falta de acuerdos sólidos entre los países y la pesca ilegal son problemas significativos. Se propone un manejo adaptativo y dinámico, mayor cooperación regional, mejor tecnología de control y acuerdos internacionales para evitar el colapso del ecosistema.