
Las tortugas bobas utilizan un mapa magnético interno para asociar ubicaciones con experiencias concretas, lo que les permite encontrar el camino de vuelta a lugares específicos después de años. Un equipo de investigadores de la Universidad de Texas A&M, liderado por Kayla Goforth, descubrió que las tortugas pueden recordar las coordenadas magnéticas asociadas a un contexto específico y ajustar su dirección de nado en función del campo magnético que perciben. Los investigadores utilizaron tanques con agua marina y generaron campos magnéticos artificiales para demostrar que las tortugas pueden distinguir entre diferentes campos magnéticos y asociarlos con experiencias concretas.