Grecia ha experimentado un crecimiento del 10,9% en su PIB per cápita desde 2020, superando a Alemania, que ha retrocedido un 1,6%. La economía griega ha resistido bien las crisis recientes y ha mostrado un dinamismo mayor que la de otros países europeos. La reducción de la población ha contribuido a este crecimiento, ya que el PIB per cápita se ha disparado. Sin embargo, la crisis demográfica es un problema grave, con una tasa de fecundidad de 1,32 hijos por mujer, lo que puede tener consecuencias negativas para la economía y la sociedad. La OCDE y el Banco de España han destacado el buen desempeño de la economía griega, pero también han advertido sobre la necesidad de abordar los desafíos estructurales, como la baja productividad y la escasez de mano de obra cualificada. La deuda pública de Grecia ha disminuido significativamente, y se prevé que siga reduciéndose en los próximos años.