
La autora del artículo relata cómo vivía sin un smartphone hasta 2016 y cómo su vida cambió después de empezar a usar uno. Comenta que antes podía desconectar durante días sin que su familia se preocupara, pero ahora se siente obligada a estar siempre conectada. La autora también menciona que ha empezado a tomar medidas para reducir su uso del smartphone, como eliminar la app de Instagram y no tener acceso a Facebook desde su móvil. En 2014, la autora trabajaba en Bogotá, Colombia, y reportaba sobre tecnologías. En ese momento, una empresa fabricante de smartphones prometió que su dispositivo haría la vida de la gente más segura, les ayudaría a estar más en forma y les daría mayor calidad de vida. La autora espera hasta casi 2017 para tener un smartphone y usarlo conectado a los datos móviles. Ahora, depende demasiado de Booking, Airbnb y Google Maps para viajar. La autora también comenta que ha perdido la capacidad de desconectar y que su vida ha cambiado significativamente desde que empezó a usar un smartphone.