
Hace dos décadas, consolas como la PlayStation 2 y la PlayStation 3 ofrecían soporte oficial para instalar Linux, permitiendo a los usuarios convertirlas en ordenadores. La PlayStation 2 requería un kit de 229 dólares que incluía un disco duro de 40 GB, un adaptador de red, teclado, ratón y un cable VGA especial. La PlayStation 3 permitía instalar otros sistemas operativos, como GNU/Linux, gracias a la opción 'OtherOS' en el menú XMB. Sin embargo, en 2010, Sony eliminó la funcionalidad 'OtherOS' debido a motivos de seguridad, lo que marcó el principio del fin del sueño de consolas abiertas. Actualmente, las consolas como la PS5 y la Xbox Series X son ecosistemas cerrados que no permiten la instalación de Linux.