
Renfe tardó casi 24 horas en recuperar todos los trayectos programados en la ruta de alta velocidad Madrid-Andalucía después de un incidente que afectó a 16.000 personas. El incidente se debió a la sustracción de cable en cinco puntos distintos de la línea de alta velocidad, lo que ocasionó retrasos en el servicio. La empresa ferroviaria puso a disposición de los afectados servicios extraordinarios y reservó 220 estancias hoteleras para las personas que viajan con menores, ancianos y viajeros con necesidades especiales. El ministro de Transportes, Óscar Puente, consideró que el incidente fue un acto de sabotaje deliberado.