
La brecha de riqueza entre grupos de edad en España ha aumentado notablemente en los últimos veinte años, con una distancia de 4,6 veces entre la riqueza de los mayores de 65 años y la de los menores de 30 años en 2022. El Estado de bienestar destina pocos recursos a los niños y jóvenes en comparación con otros grupos de edad. La lógica de la inversión es la que rige en la asignación de recursos para los jóvenes, pero se propone introducir la lógica de la compensación o transferencia para aumentar la justicia entre generaciones. Se presenta la idea de una herencia universal, un pago único y público que se concede a los jóvenes al llegar a la edad adulta, para redistribuir la riqueza y reducir la desigualdad de oportunidades. El gasto público total actual en España dedicado a distintos grupos de edad es de 150 euros mensuales para todos los menores de edad, lo que logra más que duplicar el gasto, pero aun así el monto total queda muy lejos del dedicado a otros grupos.