
Paul Fackenheim, un judío alemán, fue reclutado por la Abwehr, el servicio de inteligencia alemán, en 1941, después de ser prisionero en el campo de concentración de Dachau. Fue entrenado para espiar a los británicos en Palestina, pero su misión fracasó cuando se rompió la correa que sujetaba su equipo de radio durante el salto en paracaídas. Fue capturado por los británicos y sometido a tortura psicológica, pero finalmente fue absuelto de espionaje y enviado a un campo de internamiento. Después de la guerra, regresó a Fráncfort y se enteró de que su madre había muerto en un campo de concentración.