
España enfrenta un problema con alojamientos turísticos ilegales, donde bandas del crimen organizado crean anuncios falsos y utilizan identidades robadas para alquilar apartamentos que no existen legalmente o ni siquiera son reales. Los turistas británicos que reservan escapadas económicas a España podrían ser víctimas de esta estafa. Las bandas utilizan identidades robadas o compradas, a menudo de inmigrantes sudamericanos indocumentados, para enmascarar sus anuncios similares a los de Airbnb.