
El lenguaje corporal es un componente esencial de la comunicación humana, y desviar la mirada durante una conversación puede tener múltiples causas, como timidez o ansiedad social, inseguridad personal, sobrecarga cognitiva o intención de ocultar algo. La clave para interpretar correctamente este comportamiento está en observar el contexto, considerando factores como la edad, la cultura y el género. Por ejemplo, adolescentes pueden evitar mirar a figuras de autoridad como una forma de autoafirmación o vergüenza, mientras que en entornos profesionales, evitar el contacto visual puede ser visto como falta de confianza o preparación.