
Las palabras que usamos sin pensar pueden dejar cicatrices emocionales, bloquear la empatía y enfriar vínculos importantes. Frases como 'No me importa', 'Te equivocas', 'No importa', 'No es mi problema', 'Lo sé', 'Soy así' y 'Sin ánimo de ofender, pero...' pueden ser perjudiciales. En su lugar, se pueden utilizar frases más abiertas y empáticas como '¿Has pensado en esto desde otra perspectiva?' o 'Interesante, ¿puedes contarme más?'. La comunicación con compasión es clave para construir relaciones más sanas y auténticas. Según Eliza Hartley, estas expresiones son síntomas de vínculos frágiles, desconexión emocional o hábitos aprendidos. Para mejorar, se pueden seguir pasos como prestar atención y practicar la comunicación con compasión.