
En Barcelona, la vivienda pública es una opción para quienes no pueden acceder al mercado libre. Toyiba y Josu son ejemplos de personas que han obtenido un piso de alquiler asequible a través de un sorteo. La ciudad tiene un déficit de vivienda pública, con solo el 2,5% del parque residencial siendo de protección oficial. El Ayuntamiento busca cambiar esta situación y ha sorteado 238 pisos en las Glorias, con 11.243 inscritos. El objetivo es entregar 3.000 nuevas llaves y tener 5.000 viviendas en fase de construcción o proyecto. La vivienda de protección oficial se adjudica mediante sorteo público e informatizado, con criterios adaptados a colectivos específicos. Los precios son asequibles, con Toyiba y Josu pagando 350 euros mensuales por su vivienda.