
Isabel Cardona, farmacéutica experta en dermocosmética, advierte que teñirse el cabello implica un daño capilar debido a la presencia de amoníaco o monoetalomina (MEA) en los tintes. La coloración es un proceso químico agresivo que altera la estructura natural de la fibra capilar, aumentando la sequedad y la porosidad. Para minimizar el daño, se recomienda aplicar un aceite nutritivo en el cuero cabelludo, elegir tintes con baja concentración de oxidantes y alcalinizantes, y utilizar mascarillas reparadoras y aceites capilares. La farmacéutica sugiere utilizar tintes como los de Lazartigue, que no contienen amoníaco ni pigmentos irritantes.