
Un estudio del University College London en 2010 descubrió que el tiempo promedio necesario para automatizar un comportamiento es de 66 días, con un rango de 18 a 254 días. La ciencia desmiente la fórmula mágica de 21 días para formar un hábito. La rapidez con la que algo se convierte en hábito varía enormemente y depende de variables como la dificultad del comportamiento, su repetición, el entorno y la persona. Estrategias prácticas para mantener un hábito incluyen ser paciente, empezar pequeño, vincularlo a una rutina y premiar el esfuerzo.