
Ribera aseguró a la UE que España no sufriría un apagón por fallos técnicos o exceso de renovables, descartando escenarios como la pérdida de sistemas de telecomunicaciones, fallos en subestaciones o líneas de transporte, y errores en la predicción de generación renovable. Sin embargo, el apagón ocurrió, causando 1.600 millones de pérdidas y una decena de muertos. Sánchez sugirió que el problema eléctrico estaba originado por un operador privado, pero Redeia, la empresa estatal, es la responsable de la red eléctrica. Ribera había asegurado que el sistema eléctrico era robusto y que no ocurrirían fallos técnicos.