
El lema de Donald Trump, Make America great again, ha tenido un efecto contrario al esperado en la Unión Europea. En lugar de debilitarla, ha impulsado a los países miembros a reforzar su autonomía estratégica y a incrementar su gasto en defensa, con un objetivo de 800.000 millones de euros. La UE también busca culminar el mercado único y mejorar su competitividad. Los líderes europeos, como Alemania y Francia, han reiterado su apoyo a Ucrania y han rechazado cualquier acuerdo de paz con Rusia que recompense su agresión. El Reino Unido también se ha alineado con la UE en este tema.