
Trump impulsa un proceso atípico para poner fin a la guerra de Ucrania, pero sus declaraciones optimistas y sombrías generan dudas. Putin acepta concesiones de Trump, mientras que Zelenski se resiste a ceder a las presiones norteamericanas. El memorándum de Budapest, firmado en 2004, garantizaba la integridad territorial de Ucrania a cambio de su adhesión al Tratado de no Proliferación Nuclear. La guerra solo terminará cuando Ucrania se rinda incondicionalmente a su enemigo, según Lavrov. El resultado no es inevitable si los votantes norteamericanos y el pueblo ucraniano siguen anhelando un futuro libre de las garras de Moscú.