
Fernando Lázaro, un periodista conocido por sus exclusivas en El Mundo, fue fichado por Federico para una tertulia en la que se convirtió en el mejor de todos. Lázaro cubrió noticias sobre el bar Faisán, detenciones de etarras, incautación de armas y negociaciones con asesinos, siempre tomando partido por el lado bueno de la historia. Trabajaba 15 horas al día y nunca paraba, incluso cuando la enfermedad lo afectó. Después de superarla varias veces, finalmente falleció unos meses después de su último encuentro con el autor.