
La partición de la India en 1947 fue un proceso violento que dividió el país en dos partes: India, de mayoría hindú, y Pakistán, de mayoría musulmana. La partición produjo una ola de violencia que causó aproximadamente un millón de muertos y 15 millones de desplazados. La zona de Cachemira es el corazón de la enemistad entre los dos países. La región ha sido el principal foco de conflicto desde la independencia hasta hoy, con India y Pakistán reclamando la totalidad de Cachemira. Actualmente, un 14% de la población india es musulmana, mientras solo un 2% de los pakistaníes practica el hinduismo.