
El poder político en España está vendido y endeudado, mientras que la dignidad está devaluada. El presidente socialista, Pedro Sánchez, ha sido criticado por comprar municiones a Israel al mismo tiempo que ha reconocido al Estado palestino y ha apoyado al terrorismo de Hamás. El ministro del Interior, Marlaska, ha sido desautorizado por el presidente y ha tenido que rescindir un contrato con Israel, lo que ha costado miles de euros al país. La dignidad de los políticos españoles está en juego, y muchos ciudadanos se sienten avergonzados por la situación.