
Seis países de la UE, incluyendo Austria, Bélgica, Irlanda, Países Bajos, Portugal y República Checa, se oponen al plan de Bruselas para facilitar grandes fusiones en Europa, considerando que un control más laxo del M&A puede dañar a los consumidores, la innovación y la inversión, especialmente en el ámbito de las telecomunicaciones. La Comisión Europea, liderada por Ursula von der Leyen, ha incluido en el mandato de la vicepresidenta Teresa Ribera un plan para revisar los métodos de control de las fusiones horizontales, lo que ha generado fricciones entre los países miembros de la UE.