
Los centros de datos dependen en gran medida de baterías de litio para mantener su funcionamiento las 24 horas del día. La mayoría de la cadena de suministro de iones de litio está controlada por China, lo que convierte a EEUU en un mercado vulnerable. En 2023, China endureció los controles a la exportación de metales estratégicos como el germanio y el galio. EEUU importó de China baterías de litio por valor de 15.300 millones de dólares en el año pasado. China controla más del 60% de la capacidad mundial de refinado de litio. Empresas como Prometheus Hyperscale están buscando alternativas, como la batería de flujo orgánico, que no requiere litio, cobalto ni níquel.