
El papa Francisco, primer Pontífice latinoamericano, dejó un legado profundo en América Latina a través de sus gestos, visitas y mensajes. Durante más de una década de pontificado, dirigió su atención hacia la región, visitando países como Brasil, Paraguay, Bolivia, Ecuador, Colombia, Chile y Perú. En sus discursos, habló de reconciliación, justicia social y cercanía con el pueblo, criticando el clericalismo y pidiendo que los obispos fueran pastores con 'olor a oveja'. También condenó la desigualdad estructural y apoyó procesos de paz, como el de Colombia. Su pontificado será recordado como el de un Papa que pensó desde el sur y defendió a las comunidades indígenas y el Amazonas.