
Durante la Segunda Guerra Mundial, más de un millón de mujeres británicas trabajaron en la industria armamentística, mientras que otras ocuparon puestos en la administración pública, el sistema sanitario, la agricultura y los servicios de emergencia. El Servicio Territorial Auxiliar (ATS) y el centro de inteligencia de Bletchley Park también contaron con la participación de mujeres, que desempeñaron funciones logísticas, administrativas y de defensa civil. La princesa Isabel, futura reina Isabel II, se enroló en el ATS como mecánica y conductora de ambulancias. En total, alrededor de ocho mil mujeres trabajaron en Bletchley Park, lo que representaba el 75% del personal. La contribución de las mujeres británicas fue fundamental para la victoria aliada, y su experiencia durante la guerra sentó las bases para el feminismo de posguerra.