
En el norte de Santander, específicamente en los pueblos de Monte, Cueto, San Román y Peñacastillo, se encuentra una zona rural que ha preservado su carácter agreste gracias a la dificultad de acceso y la existencia de vías arcaicas. Pedro Agudo Alonso, un docente santanderino, ha creado el proyecto 'Vino de azada' para preservar la campiña y producir vino de baja graduación. La zona cuenta con 45 explotaciones agroganaderas, según el Censo Agrario de 2020, y tiene un gran potencial para convertirse en un sumidero de carbono y producir alimentos de calidad. El Modelo de Ciudad 'Santander, Hábitat Futuro' plantea la importancia de la producción agropecuaria en el desarrollo del municipio y la necesidad de repensar los usos de los espacios agrarios para implementar modelos más productivos y responsables con el medio ambiente.