
Estela Ferrer, artista plástica de 26 años, ha vuelto a su pueblo natal de Berge, en Teruel, para dedicarse a la talla de piedra. Después de estudiar Bellas Artes en la Universidad Politécnica de Valencia, decidió regresar a su pueblo para crear su propio taller de escultura. Estela ha encontrado en Berge un espacio para trabajar y un ritmo de vida que se adapta a su forma de ser. Ha participado en varios proyectos de obra pública y ha expuesto en diferentes lugares, como el Castillo de Albalate del Arzobispo y el Museo de Arte Sacro de Teruel. A pesar de las dificultades económicas, Estela se dedica a su pasión y cree que el arte es un medio de expresión que requiere una acción emocional y social.