
La Vía Láctea y la galaxia de Andrómeda podrían fusionarse en unos 10 mil millones de años, pero un nuevo estudio sugiere que la Gran Nube de Magallanes podría modificar esta trayectoria. Los investigadores de Finlandia y EE. UU. realizaron 100.000 simulaciones y encontraron que, sin considerar influencias externas, la probabilidad de colisión es del 50%, pero con la Gran Nube de Magallanes, esta probabilidad disminuye. La gravedad de la Gran Nube de Magallanes genera un impulso lateral en la trayectoria de la Vía Láctea, desviándola lo justo para evitar la fusión directa en muchas simulaciones. Sin embargo, esto podría llevar a la absorción de la Gran Nube de Magallanes por la Vía Láctea en unos 2 mil millones de años.