
Un estudio publicado en Nature Ecology & Evolution liderado por Rubén Bernardo-Madrid, de la Universidad de Umeå, revela un patrón común en la organización de la biodiversidad a nivel global, con zonas núcleo que concentran la mayoría de especies. El estudio analiza la distribución de 7 grandes grupos taxonómicos y detecta una estructura común en todas las regiones analizadas, con un núcleo biodiverso y zonas de transición. El patrón se atribuye a un proceso conocido como filtrado ambiental, que limita la presencia de especies en función de las condiciones ambientales. El estudio sugiere que proteger los núcleos de biodiversidad es esencial para la conservación de la biodiversidad global, y que comprender cómo se estructura la biodiversidad dentro de las regiones puede ayudar a prever qué zonas son más vulnerables al cambio climático. El estudio incluyó un análisis de 30.000 especies terrestres y marinas de todos los continentes, y encontró que la diversidad taxonómica se debe principalmente al anidamiento en el 77% de las regiones biogeográficas.