
Un estudio liderado por Sandra Citi en la Universidad de Ginebra descubrió que la gamma-actina es esencial para la estructura del oído interno y la pérdida de audición progresiva. La investigación, publicada en Nature Communications en marzo de 2025, encontró que la ausencia de gamma-actina debilita las células auditivas y afecta la rigidez celular, lo que puede explicar algunos casos de sordera. El equipo de investigación eliminó la gamma-actina en ratones y observó una pérdida auditiva progresiva. El estudio sugiere que la gamma-actina podría ser un objetivo para el tratamiento de la pérdida de audición.