
Un equipo internacional de físicos liderado por Zhang ha descubierto que la curvatura de los pétalos de rosa se debe a una retroalimentación matemática llamada incompatibilidad de Mainardi-Codazzi-Peterson, que se combina con la secuencia de Fibonacci. Esto explica la forma característica de los pétalos de rosa, que presentan picos y curvaturas llamativas en los bordes. El descubrimiento ha sido publicado en la revista Science y podría tener implicaciones en ingeniería y arquitectura. La rosa presenta un número de pétalos que suele estar entre 5 y un múltiplo de Fibonacci, pero su borde final adopta una forma que va más allá de la simple secuencia.