
El iceberg A-23A, desprendido de la Antártida en 1986, permanece encallado en el Atlántico Sur, cerca de la isla Georgia del Sur, y se desintegra lentamente, perdiendo más de 360 kilómetros cuadrados de hielo entre marzo y mayo de 2025, según datos del Centro Nacional de Hielo de Estados Unidos. El desgaste del borde y el clima soleado y cálido en el verano austral están acelerando la fragmentación del iceberg, que sigue una trayectoria conocida hacia su desaparición en el Atlántico Sur.