
WhatsApp, con más de 3.000 millones de usuarios activos mensuales, fue comprada por Facebook en 2014 por 19.000 millones de dólares. Aunque promete cifrado de extremo a extremo, investigadores descubrieron que los chats grupales no tienen protección criptográfica, lo que permite que un servidor de WhatsApp pueda añadir personas nuevas a un grupo sin que los miembros lo sepan. Esto podría permitir a un ciberatacante leer mensajes en grupos de WhatsApp. Los investigadores avisaron a WhatsApp, que respondió que seguirán añadiendo capas de protección y los usuarios tienen notificaciones de cuando alguien entra al grupo.