
Ferrari pinta a mano cada escudo de sus coches, un proceso que requiere hasta 16 horas de trabajo manual y un alto grado de precisión, lo que justifica el elevado precio de sus coches. El escudo, conocido como 'scudetto', es una pequeña obra de arte que se vende como un extra, con un precio que varía entre 1.000 y 2.000 euros. La marca asegura que este enfoque artesanal es lo que hace que cada Ferrari sea único y aumenta el valor de cada vehículo para su propietario. Expertos artesanos del departamento de pintura de Ferrari aplican varias capas de pintura y someten cada escudo a un riguroso control de calidad antes de que el coche salga de la fábrica.