
Un equipo de ingenieros de la Universidad de Princeton ha desarrollado un material llamado metabot que puede cambiar de forma, moverse y responder a comandos sin necesidad de motores, baterías o engranajes. El metabot se basa en un tipo de material diseñado por su estructura, utilizando plásticos comunes y materiales magnéticos especiales dispuestos con una geometría inspirada en el arte del origami. La clave del metabot está en una forma de origami llamada patrón de Kresling, que se basa en tubos que se contraen o expanden al ser girados. El material puede torcerse, colapsarse, expandirse o moverse sin necesidad de contacto físico, solo modificando el campo magnético externo. El metabot podría formar la base de robots blandos que se introduzcan en el cuerpo humano para liberar medicamentos o asistan a cirujanos en procedimientos delicados.