
En Shanghái, China, se ha movido un bloque de edificios de 4.030 m2 y 7.500 toneladas métricas para construir un complejo subterráneo de tres plantas. El bloque, conocido como Huayanli, está formado por antiguos edificios shikumen levantados hace un siglo. La empresa responsable de la obra utilizó 432 pequeños robots y tecnologías de modelado de información de construcción (BIM) y escaneo de nubes de puntos para desplazar las construcciones. El objetivo es respetar el patrimonio sin frenar el desarrollo de parkings o áreas comerciales.