
Han pasado siete años desde que el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) entró en vigor en Europa. El GDPR sigue siendo una herramienta eficaz, con principios de transparencia, consentimiento informado, minimización de datos y derecho al olvido. La velocidad de los cambios digitales plantea tensiones constantes, especialmente con la irrupción de la inteligencia artificial generativa. Regulaciones como la NIS2 y la Data Governance Act se suman al ecosistema normativo sin reemplazar al GDPR. Las empresas deben tener un mapeo de datos actualizado, un plan de respuesta a incidentes y evaluar el impacto de proyectos de IA para seguir cumpliendo con el GDPR.