
Bill Gates, cofundador de Microsoft, intentó crear un 'Google-killer' en 2004, pero su proyecto, MSN Search, no logró superar a Google. La simplicidad y precisión del algoritmo de Google, junto con su modelo de publicidad, hicieron que su buscador fuera más atractivo para los usuarios. A pesar de los esfuerzos de Microsoft, Google se consolidó como la opción favorita en la búsqueda web. En la actualidad, la inteligencia artificial (IA) está cambiando el escenario de la búsqueda web, permitiendo preguntas complejas en lenguaje natural y respuestas coherentes. Sin embargo, Microsoft sigue sin poder adelantarse a Google en este campo, y ahora enfrenta la competencia de OpenAI, que ofrece búsquedas con respuestas más contextuales.