
El apagón en España y Portugal ha generado dudas sobre la implantación del coche eléctrico, ya que la tecnología aún se encuentra en una fase temprana de desarrollo y la recarga eléctrica es un problema importante. Se sugiere que el coche eléctrico debiera desarrollarse de forma natural, sin plazos ni presiones políticas, y que conviva con los coches de combustión durante décadas. El usuario sigue desconfiando del coche eléctrico debido a problemas de recarga y la falta de infraestructuras. Se estima que en apenas diez años, cuando se supone que ya no se podrán comprar coches que no sean 100% eléctricos, el ecosistema eléctrico no estará preparado para cubrir el 100% de las necesidades.