
Japón ha implementado diversas políticas para aumentar su natalidad, incluyendo ayudas económicas, facilidades para acceder a la educación y medidas para fomentar la creación de nuevas parejas. Sin embargo, según el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar Social, la tasa de fertilidad en 2024 se situó en 1,15, el dato más bajo registrado desde 1947, y el número de nacimientos fue de 686.000, un 5,7% menos que en 2023. El país enfrenta un problema demográfico grave, con más muertes que nacimientos, y un saldo negativo de 919.237 personas. Aunque el número de matrimonios aumentó un 2,2% en 2024, la natalidad sigue siendo un problema. Expertos como Tomas Sobotka y Motoko Rich cuestionan la efectividad de las políticas económicas para incentivar la natalidad, señalando que es necesario abordar cambios culturales y sociales más profundos.