
El debate sobre la edad adecuada para dar un móvil a un niño se centra en limitar el tiempo frente a las pantallas, pero se pasa por alto la exposición constante a contenidos publicitarios disfrazados de entretenimiento. Los menores están inmersos en un entorno digital donde la publicidad actúa de forma silenciosa, pero poderosa. Un estudio reciente con menores de entre 10 y 14 años en España reveló que quienes no tienen móvil propio, pero consumen muchos contenidos digitales, son más susceptibles a aceptar como veraces los mensajes que reciben, sobre todo si vienen disfrazados de entretenimiento. La alfabetización publicitaria debería comenzar antes de que un niño tenga su primer móvil.