
Islandia adoptó la semana laboral de cuatro días en 2019, actualmente un 90% de los trabajadores islandeses cuentan con una semana laboral de 36 horas repartida en cuatro jornadas. La productividad se ha mantenido estable e incluso ha aumentado en algunos sectores, gracias a la mejora de la salud mental de los trabajadores. La semana laboral de cuatro días ha favorecido una mayor igualdad de género, ya que los hombres participan de forma más activa en la vida familiar y el reparto de responsabilidades domésticas y parentales es más igualitario.